jueves, 3 de enero de 2013

Capítulo III: Sueño (GLORIA)


Mientras estaba en el ascensor del edificio en el que vive mi amiga Elena y éste, realizaba su cuenta atrás desde la novena planta, quedé sumida en los recuerdos del sueño de la noche anterior. Una vez fuera, me dirigí hacia mi coche, subí, arranqué y cambié la dirección cuando el semáforo del cruce se puso en verde. En realidad seguí la misma dirección de la carretera en vez de girar a la izquierda, pero en mi mapa mental, eso no estaba trazado, y suponía casi tener que resetearme para poder seguir adelante con mi improvisación.

Llegué.

Aparqué el coche al lado del Puente de la Risa, así es como se llama. Es conocido por provocar un cosquilleo en el estómago por su pronunciada curvatura y su minúsculo tamaño, haciéndolo parecer un pequeño tramo dentro de una montaña rusa. Da la impresión que te vas a dejar los bajos del coche por más despacio que vayas o que vas a salir despegado hacia el cielo, jajajajaja. Por eso es el Puente de la risa.

Salí del vehículo y metí las manos en los bolsillos, en respuesta a la bajada de temperatura propia de la entrada del otoño. Mi estación favorita. Entonces me apoyé en el capó, crucé las piernas y me quedé mirando el canal. Contemplé las siluetas que el paisaje dibujaba en el agua y volví a mi sueño. – Beilstein - repetí de nuevo, como un autómata. Igual que aquella mañana. Me levanté repitiendo en voz alta este nombre, con un perfecto acento alemán y con la certeza de su existencia, aún  no habiendo escuchado hablar de este lugar en mi vida. Sabía escribirlo y pronunciarlo, esto es debido a mi herencia austríaca por parte de mi abuelo paterno.

Empecé a investigar por internet y descubrí (si no me ha engañado) datos tales como que se encuentra al sur de Alemania, a 14 kilómetros del distrito de Heilbronn,  su población oscila los 160 habitantes, ocupa una  superficie de 186 hectáreas, el clima es oceánico y sus tierras están bañadas por el río Mosel. Y también descubrí que forma parte de la ruta del vino de Württemberg (seguro que esto no es mentira).

Yo soy una amante del vino. Y esto puedo asegurarlo.


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