Tu
forma de vivir la vida. Tus propias decisiones son como una apuesta en una mesa
de casino. Puedes haber apostado al número ganador o no. Puedes perder mucho en
la apuesta, eso sólo depende de ti.
Depende de ese instante en el que todo te lo juegas. Debes ser
consecuente con tus decisiones y recordar que, a veces, el premio no es
inmediato, ni en metálico. Hay valores
en juego, oportunidades y relaciones también.
¿Crees en el destino o en el azar? ¿Crees en la casualidad? ¿En el efecto
mariposa, tal vez?
¿Cuántas veces habrás pensado en abrir la puerta de al lado? Esa que no
escogiste por abrir la otra ¿Acaso crees que puede seguir ahí tras todo este
tiempo?
Un
buen jugador me dijo: “Debes saber
perder, para siempre volver a tener la oportunidad de ganar”
En
el reconocimiento de la equivocación, de la pérdida, está el gran tesoro que
todos siempre hemos querido poseer: el
valor.
El
valor para continuar.
El
valor para decir NO sin sentirnos
culpables.
El
valor para luchar por lo que realmente deseamos.
El
valor para estar ahí cuando nos necesitan.
El
valor para estar solos cuando necesitamos a alguien.
El
valor para expresar la verdad de nuestros corazones bajo la atenta mirada de la
incredulidad.
Hoy
sostengo esta maravillosa carta entre mis manos y en ella veo todo un mundo de
puertas y ventanas, caminos y cruces, sueños y realidades, mentiras y verdades.
Todo capturado en la imagen de esta carta. Todo resumido en una cuestión:
¿Tendré el valor de escoger y no mirar atrás?
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